Una ciudad como Pontevedra ha encontrado en el hecho de caminar una solución a su permanente problema de movilidad. Hoy es un escenario accesible, casi sin barrera alguna, económicamente dinámico, agradable para comprar, para el ocio, la hostelería y el turismo, puntas de lanza de la economía urbana, además de la administración pública.

Metrominuto, mejor a pie

Una de las acciones de comunicación más difundidas sobre el modelo urbano es el mapa de distancias y tiempos entre 28 puntos de la ciudad, que tiene como finalidad desdramatizar el hecho de caminar. El mapa ha sido difundido por la Red de Ciudades que Caminan y por la organización europea Intermodes, de forma que muchas ciudades han podido crear su propio Metrominuto sobre la base del modelo pontevedrés. En la actualidad se está desarrollando una aplicación para teléfonos móviles.

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Desautoxicada

Así se presenta la ciudad. Liberada de la presencia abusiva de los coches. Solo en el Centro Histórico “dormían” legal o ilegalmente unos 500 coches, que ahora han dejado libres espacios que gozan de una economía comercial y de ocio floreciente. Lo mismo ocurre en el resto de la ciudad, con calles comerciales peatonales o de coexistencia de tráficos naturales y a motor, o con espacios rodados y otros peatonales; siempre con lo colectivo (el espacio público) por encima de lo privado (el coche particular), que debe ocupar un lugar secundario.