La reducción del tráfico motorizado se ha ido haciendo patente desde el comienzo de la reorganización integral de la ciudad, en 1999, con las primeras peatonalizaciones.

Al circular menos coches, van deprisa (aumenta la velocidad media), por lo que el tiempo que tardan en llegar a su destino se reduce considerablemente.

Un estudio realizado en 2014 comparó las estimaciones de consumo de combustible de ese año con las registradas en 1996 (fecha en la que se llevó a cabo un estudio global del tráfico en la capital). El resultado fue que el porcentaje de ahorro en el conjunto de la ciudad alcanzó el 64,8%, y que ascendía hasta el 87,6% en el centro.

Media tonelada por habitante

Traducindo ese ahorro energético para cada ciudadano de Pontevedra, la reducción de emisiones ha sido de 464,5 kg al año, lo que representa más de 1,25 kg ao día. Se trata de un paso decisivo en la lucha contra el cambio climático.

Menos coches, más rápido y más barato

De los coches que en 1999 entraban en la cidad, el 83% se dirigía al centro. Hoy, la cifra se ha reducido al 9%. Esos vehículos tardaban, por término medio, 36 minutos en parar, mientras que en la actualidad solo tardan 17.

De los 52.000 vehículos que se ponían en marcha cada dentro de la cidade para realizar desplazamientos interiores, hoy son solo 17.000. Antes, estos vehículos tardaban unos 18 minutos en parar de media; hoy, 7 minutos.