GESTIÓN. El diseño y puesta en marcha de un modelo de ciudad centrado en las personas, en la priorización del peatón y en la apuesta por una convivencia respetuosa y pacífica de estos con los ciclistas y automovilistas se desarrolla progresivamente con el lastre de no tener un espejo en el que verse reflejados, ya que no existen referentes o experiencias previas similares. Los promotores de la iniciativa encontraron en un primer momento resistencias entre una población que, en su mayoría, aprueba y defiende la ciudad amable, saludable, cohesionada e inclusiva en la que gradualmente se ha ido convirtiendo Pontevedra.
La resistencia inicial tuvo mucho que ver con el miedo a lo desconocido. Esto explica que aquellos pontevedreses que al entrar en el siglo XXI vieron con recelo la peatonalización del casco histórico y la restricción del tráfico en amplias zonas de la ciudad sean ahora defensores de una Pontevedra en la que el ciudadano es el protagonista absoluto. El tamaño reducido de la urbe garantiza la proximidad de todos los servicios y la ocupación de los espacios públicos por las personas, arropa al pequeño comercio, uno de los generadores de riqueza más destacados de la economía local, que también recibe el impulso de una administración pública que impide la instalación de grandes establecimientos comerciales. Aun así persiste una minoría de detractores del actual modelo urbano, integrada por aquellos que defienden como un derecho el uso del automóvil por encima de todo y de todos.
RESULTADOS. Uno de carácter general: la ciudad ha vuelto a ser de los ciudadanos que la ocupan y la reivindican como suya. Además, entre agosto de 1999 y diciembre de 2014, periodo que valora el premio concedido por el Center for Active Design de Nueva York, se pueden concretar numerosos cambios. En cuanto a movilidad saludable: el 67% de los desplazamientos de la ciudad se hacen a pie y el 5% en bicicleta. La promoción de esta última modalidad de desplazamiento continúa siendo una asignatura pendiente.
Respecto al tráfico, se ha reducido en un 30,10% en el casco urbano y hasta un 70% en el centro, lo que se traduce en una caída del 66% en las emisiones de CO2 en general y de hasta el 88% en el centro. Este fenómeno explica, en gran medida, que la calidad del aire que se respira en Pontevedra cumpla los requisitos más exigentes de la Organización Mundial de la Salud.
La restricción de coches y las medidas de calmado de tráfico justifican el éxito de los llamados Caminos Escolares Seguros por los que transitan el 81% de los niños y niñas para ir al colegio y regresar a casa, más de la mitad sin la supervisión de un adulto. Además, los pequeños juegan habitualmente en las plazas y calles de la ciudad.
La seguridad vial en el casco urbano es muy alta. De hecho, no se han registrado muertos por accidentes de tráfico en los últimos quince años, y de los 69 atropellos registrados en 1998 se pasó a solo 4 en en el año 2013.
Una vez retirados del centro urbano los vehículos y los atascos que provocaban, en Pontevedra el sonido dominante es el de los niños y los pájaros. Los pequeños juegan en las calles y plazas y los adultos ocupan los espacios públicos urbanos, accesibles en más de un 90% de los casos.
Mejorar la calidad del aire y el cuidado del entorno permite que en Pontevedra haya hasta 223 especies diferentes de árboles y que se vean nutrias en sus ríos. La presencia de macroinvertebrados constituye un indicador fiable de la buena calidad ambiental.